Otto

En mi agencia además de tener un French Poddle (el cual no me cae muy bien por su naturaleza frágil), una hermosa tortuga de tierra, 7 ranas y como 80 lagartijas, también contamos con un Labrador llamado Otto.

A los 3 meses que llego a la agencia era completamente adorable, digno representante de su raza, pensamos en varias ocasiones tratar de obtener dinero vendiendo su autógrafo como el perrito de Petalo… no funciono… Otto no sabe dar autógrafos.

Ahora este perro tiene 1 año de edad, cuenta con la misma estatura de varias compañeras del trabajo y pesa lo doble que cualquier de ellas. El problema es este:

Para entrar a la agencia debemos pasar por donde esta Otto. Otto pelea todos los días para entrar con nosotros a la oficina, lo cual en varias ocasiones logra a pesar de los esfuerzos de mis compañeros por retenerlos en su lugar. Ya que soy el primero en llegar a la agencia, tengo la fortuna de escuchar los diálogos de mis compañeros con Otto, eh aquí alguno de ellos:

Brenda, la psicoanalista:

-No Otto, no
-¿Por qué te comportas así, Otto?
- Otto no, piensa lo que estás haciendo, ¿Por qué lo haces Otto?

Joss, la víctima:

-Ottooooo, me lastimas.
-Otto, siempre me haces los mismo, hoy no (siempre dice hoy no)
-¡Hay Otto! ¡Mi trasero!

Generalmente logra vencer a Joss y busca el bote de basura, se roba los restos del día pasado y después de 5 minutos:

- ¡Otto, salte! ¡Otto, que te salgas! Otto ¿no me escuchas? ¡ Salte!

Wuicho, el amigo:

- ¿Qué onda Otto?
- Hey Otto, déjame pasar, no seas así.
- Otto dame chance, hey Otto, no te metas. (a veces se mete, a veces se porta banda)


Dan, la chiquita:

-Hay Otto me vas a tirar, Ottooooo
-Hay Otto, NO NO (con voz de mala)
- NO NO NO NO NO (entiéndase con la misma voz grave)
- Otto en serio Otto, en serio – lo cual me hace entender que antes era de broma –

En realidad es un buen perro, el problema puede ser que esta mucho tiempo sin actividad (lo cual a mi me ha funcionado bien), si alguien lo sacara mas seguido o conviviera con mas perros, no estaría tan aburrido y aprendería nuevas formas para entrar a la agencia (obvio los otros perros lo aconsejarían). En cuanto a mí, cada vez que entro a la agencia mi táctica es entrar con un cigarro en mano y no pelarlo, supongo que Otto ve a un humano que saca humo, no es un buen negocio molestar al chico ferrocarril.

No me malentiendan, jamás le haría daño a un perro, pero desde Champy ya nada es lo mismo.

*Nota algún día hablare de Champy, hoy no, me prometí no llorar – jaja –

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