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Calaveritas 2011

viernes, 28 de octubre de 2011

Clo Rodríguez

Por coqueta y soñadora
La muerte se la llevó
Fue en un instante y sin demora
¡Que ni su twitter actualizó!

¡Hay huesuda vengativa!
Regrésame a Claudia por favor
Que sin ella en mi comitiva
Me voy a quedar sin humor

Mirián Reyes

Dicen que del mas allá caminó
Por montañas y veredas
Porque según la despertó
Una risa chillante y lastimera

¡Hay huesuda amodorrada!
A Mirián la dejaste sin alba
Tan sólo por reír acalorada
de un chiste que Champy contaba

Alejandra Grz

Por andar jugando a la bruja
Se le apareció la huesuda
A Alejandra, la muy granuja,
la dejó por siempre muda

¡Hay huesuda sin moral!
Nos dejaste a todos tristes
Y ni siquiera podemos llorar
Porque “No-one mourns de wicked”


Roberto Colín

Esta es la historia del pelón
Que un día se encontró con la flaca
Le trató de cantar una canción
Pero lo dejo sin alma, pura calaca

¡Hay huesuda malandrina!
Con tus aires de gitana
Le cantas las golondrinas
A todos de los que de Champy se jactan

Champy de Oro

miércoles, 26 de octubre de 2011
Recientemente recibí mi tarjeta Invitado Especial Oro”, la que dan en Cinemex como agradecimiento a tu nula vida social y por pasar todo tu tiempo en el cine viendo comedias románticas; contrabandeando helado de chocolate, mientras lloras con frases como “Con el hola me tuviste”, “Sólo por 5 minutos” y mi favorita: “Parece que estás photoshopeado”. La tarjeta oro coincidió con el momento en que acepté mi nulo parecido a Ryan Gosling y por ende, las pocas posibilidades que tengo de salir con Emma Stone.

Justamente por esas situaciones, a mi mente capitalista se le ocurrió el combo: ForeverAlone, el cual consta de un litro de helado de chocolate, una rebanada de pizza, un paquete de pañuelos desechables, palomitas y refresco jumbo.

En fin, el punto es que muy pocas veces he sido considerado invitado especial en alguna parte. Es más, en mi cumpleaños mi mamá le daba regalos a los invitados por el simple hecho de asistir. Así que la llegada de dicha tarjeta trajo consigo un malestar muy común en las personas que no están acostumbradas a recibir atención; ya saben, un poquito de poder puede volver loco al más sensato. 

Así que al recibir mi tarjeta le hice una serie de preguntas al que me atendió en el mostrador, mismas que les comparto a continuación:

¿Con mi tarjeta de invitado especial ORO puedo...

  • Decidir quien de la fila entra a la película y quién no?
  • Obligar a las personas a taparse los ojos en las escenas que yo considere inapropiadas?
  • Prohibir la entrada a los sanitarios?
  • Contarle el final a las personas que están por entrar a la siguiente función?
  • Ver con desprecio a las personas que se forman en la fila para “gente normal”?
  • Traerme un trono que diga “aquí espera el rey”, mientras estoy en la fila?
  • Robarle las palomitas y demás golosinas a los que esperan, sin consultarles primero?
  • Pedir que vacíen las gomitas de la dulcería en una piscina y nadar en ella?
  • Pararme a lado de las taquillas y escuchar cómo el que atiende le dice a las personas que ellos no son especiales y yo sí?
  • Recibir queso triple en mis nachos y solicitar jalapeños frescos de la lata?
  • Subir mis pies a la butaca de adelante sin que alguien llegue y me apunte con la lamparita?


Después se me subió un poquito más el poder…

  • Decidir a quién le cortan la cabeza y a quien no?
  • Evitar que maten a Obi Wan y se case con la princesa Amidala?
  • Apresurar a WB para que realice la versión fílmica de “Wicked”?
  • Obligar a Julia Roberts a regresar a la calles y venderse más barato?
  • Ser R2D2 en la próxima entrega de Star Wars?
  • Adelantar el estreno de “Rec Génesis”?
  • Regresar el tiempo y pegarle a K. West por hacer sufrir a Taylor Swift y después gritar que Sara Bareilles se merece el premio?
  • Hacer divertida “Biutiful” con escenas de violencia extrema protagonizadas por Bardem?
  • Obligar a que hagan una segunda parte de “Efectos Secundarios”?
  • Realizar un final feliz para “Precious” donde todo haya sido un sueño y ella termine bailando arriba de un microbus con dirección a 4 Caminos?
  • Darle el Oscar a Michelle Williams, pero más por su interpretación de la muerte de Jen en Dawson´s Creek que por Blue Valentine?

La mala noticia: Para todas y cada una de las preguntas la respuesta fue: NO
La buena noticia: Que todo eso aplica cuando reciba mi tarjeta negra… 24 visitas y contando

(Por cierto, esta es mi entrada número 50)

Trick or treat

viernes, 14 de octubre de 2011
Todo mundo tiene una festividad favorita, algunos aman cantar villancicos y ser un ornamento más en la decoración de los centro comerciales. Adoran gastar todos sus ahorros, aguinaldo y hasta piden prestamos, sólo para hacer felices a su seres queridos en Navidad, sin pensar que probablemente ellos serán infelices el resto del año pagando dichos regalos.

Otros más intensos prefieren las fiestas patrias. El júbilo, alcohol y amor a México los contagian y obligan a cometer estupideces, como lanzarse envueltos en una bandera en la pre-fiesta de independencia.

En fin, se dice que con la menor provocación un mexicano encuentra un pretexto para celebrar. Que si el bebé nació, que si va a limpiar sus pecados, que si ya cumplió 3 años, que si ya cumplió 15, que si salió de la universidad, etc. Y todo esto sin nombrar las raras ocasiones en que la selección gana un partido, un atleta gana una medalla o los tacos cumplen años.

Quien me conoce sabe que para las fiestas yo soy el primero en decir: ¡presente! No soy el clásico que se revienta cinco días a la semana, porque la edad pesa y mis “alcances” ya no dan para eso. Pero en general me gusta mucho celebrar y pasarla bien acompañado de personas agradables y, si se puede, en un lugar donde la música electrónica no sea admitida.

Mí celebración favorita es sin duda “El día de muertos” y por extensión “Halloween”, y no, debo admitir que no es por el valor cultural, las tradiciones o porque nos invita a recordar a nuestros seres queridos que se adelantaron en el camino y nos estarán esperando en la puertas del.. blah… blah… blah… No, en realidad es por una sencilla razón:

AMO
DISFRAZARME

Desde hace varios años me he encontrado en las ropas de Merlín, Mickey Mouse, Bunbury, Darth Vader, El león de “El mago de Oz”, Joe Black, etc. Hasta el momento mi favorito ha sido el león, aunque el año pasado Mickey tuvo mucho éxito, se me ocurrió ir disfrazado así a un antro y me sentí una botarga en Disney, tomándome fotos con todo el mundo.

Todos y cada uno de mis disfraces han sido buenos, los he portado con orgullo y han tenido bastante éxito, pero nunca han sido mi primera opción, ya que al menos por los últimos 5 años he querido disfrazarme de Harry Potter, pero por diversas razones, principalmente económicas, no he logrado hacerlo.

Espero este año sea el bueno, que por fin encuentre una capa bien hecha y no cueste la millonada, debo buscar mis lentes de John Lennon y romperle los cristales, pintarme un champiñoncito en la frente y con suerte, encontrar a alguien que vaya de Hermione o Ron. Si no lo logro, seguramente encontraré una opción que me haga feliz, o me inventaré una salida rápida, como en el caso de Joe Black, cuando no tenía disfraz así que recurrí a un traje negro y mi increíble parecido a Brad Pitt, aún cuando en esa ocasión muchos pensaban iba disfrazado de Loret de Mola.

Espero ustedes tengan una espantosa noche de brujas, que se los chupe la bruja, las muerda un hombre lobo y los deslumbre un vampiro con su piel de diamantina – que triste, Crepúsculo nos ha arruinado la vida-, todo siempre y cuando no les saquen los ojos los cuervos, ya que champyalaire aún no sale en versión braille.