Uno de mis primeros “pininos” como mercadologo lo hice en la preparatoria. No se me ocurrió un producto que revolucionaría al mercado o una estrategia de ventas que incrementaría las utilidades a un 30%. No, lo que hice fue crear un día festivo.
Después de nuestras múltiples salidas a fumar, cenar y divagar, una noche de octubre, tras una considerable ingesta de tacos al pastor; mi mejor amigo y yo empezamos a platicar. Recordamos que ese día se celebraba el descubrimiento de América y pronto vendría el día de muertos, el día de la virgen de Guadalupe, Navidad, día de los santos inocentes y año nuevo; tan rápido que ni lo notaríamos.
Nos preguntamos si existía el “día del mejor amigo”; la respuesta inmediata fue el “14 de febrero: día del amor y la amistad”. Pero, como le hice notar, ese día celebra la amistad en general y en realidad, está más enfocado en el amor de pareja. Por lo que decidimos crear “El día el mejor amigo”.
Nuestro proceso de selección fue muy simple, yo decía el día y él escogía el mes.
8 = porque es mi número favorito
Marzo = porque nada interesante pasa en marzo
Así quedó, el 8 de marzo sería el día del mejor amigo.
5 meses después
Llegué a la prepa como cualquier otro día, en transporte público y apachurrado por la falta de civismo en los choferes al no respetar la capacidad máxima de sus vehículos. La mañana estaba gris y fría; con un aire desolado provocado por mi odio a esa escuela. Entré al salón de clases, con el consuelo de que al menos tenía 3 amigos que minimizaban el calvario.
A diferencia de otros días, aquella mañana de marzo llegué más temprano de lo acostumbrado, ya que era un día especial y festivo. En realidad era especial porque nadie más sabía que era festivo.
Al entrar al salón encontré a mis dos amigos, Enrique y Uriel, ellos siempre llegaban temprano porque el papá de Enrique los llevaba a la escuela en su trayecto al trabajo. Después de saludarlos y una fugaz platica escolar enfocada en tareas y maestros, llegó Juan Carlos, mi mejor amigo. Nuestro saludo no fue el de siempre, nos abrazamos y felicitamos, como si fuera el cumpleaños de alguno de los dos o Navidad en Marzo.
Lo siguiente fue algo así:
Enrique: ¿Por qué se abrazan?
Uriel: Sí, ¿por qué tanta jotería?
Juan Carlos: Ah, es que hoy es nuestro día
Enrique: ¿Cómo?
Champy: Sí, hoy nos festejamos
Enrique: ¿Hoy 8 de marzo?
Champy: ¡Bravo, Enrique! sabes leer el calendario
Uriel: No entendemos, ¿es neta?
Juan Carlos: Sí, ¿qué es tan difícil de entender? Cada 8 de marzo se celebra nuestro día.
Alan: Yeap, el Día Internacional del mejor amigo.
Enrique: ¡Ah! Es eso, otra de sus tonterías
Alan: No es tontería, estamos esperando que televisen el mensaje del presidente en cualquier momento.
Uriel: ¿No saben lo que se celebra hoy?
Enrique: … además de su ridículo día.
Juan Carlos: Eh, no. ¿qué?
Enrique: Es el día internacional de la mujer.
Juan Carlos (Suelta una carcajada): ¡Claro que no!
Champy: Espera, somos nosotros, seguro es real.
Así fue, un día como hoy hace 9 años mi mejor amigo y yo tuvimos que tomar una decisión, cambiar el día del mejor amigo o compartirlo con las mujeres. Decidimos conservar el día seleccionado, primero porque no se nos ocurrió otra fecha y segundo, porque compartir el día con las mujeres no da pena, es un honor.
Así que:
¡Feliz Día Internacional de la mujer y del mejor amigo!